Paseas por la calle a eso de las 7 de la tarde (que ya es de noche) y puedes observar todo tipo de luces de colores.
Empezando por las típicas luces que pone el ayuntamiento.
Tú estás reponiéndote de las fiestas de jalowín (a lo que otros llaman Halloween y otros no llaman por que no lo celebran) y te topas de narices con el mundo psicodélico de las decoraciones navideñas. No sé a vosotros, pero a mí me da cierto ahogo eso de toparme con adornos ya a principios de Noviembre. Y cada vez madrugamos más, que dentro de poco adornaremos hasta las sombrillas de la playa.
Hace unos años los adornos eran todos más o menos iguales, unas estrellitas o unas campanas o unos arbolitos luminosos colgados de farola a farola. La verdad es que tampoco es que fueran geniales (además había adornos que parecían más propios de un burdel que de Navidad) pero bueno, no estaban del todo mal.
En algún momento un iluminado (nunca mejor dicho xD) pensó que estas luces eran muy bastas y pueblerinas. Lo que nos lleva a los adornos de hoy día, en los que se impone la originalidad y el diseño (entendido, claro está como horteridad al poder). Comenzaron siendo minimalistas, un par de lucecillas en cada farola y punto. Pero ahora ya no sabes lo que te puedes encontrar.
Quiero llamar la atención sobre los adornos de la viguesa calle de Príncipe.
Veamos una foto:
... sin comentarios. Quedan muy lejos de las cortinas de lucecillas que podíamos ver hace un par de años (no encontré foto, eran muy bonitas, podéis hacer uso de vuestra imaginación)
En fin, pasemos de los adornos comunitarios a los adornos particulares.
La gente entra en una espiral de frenesí y consumismo y adorna de una manera muy "barroca" sus casas.
Claramente hay que dejar la persiana y la cortina abierta para que todo el mundo "disfrute" de tu maravilloso gusto decorativo.
A no ser que tengas balcón.
Si tienes balcón entrarás irremediablemente en una especie de concurso por ver quien adorna más y peor. En serio, hay algunos balcones que dan miedo. Están desde los que ponen un montón de luces y espumillones y hasta árboles a los que cuelgan una sábana con el dibujo del niño Jesús recordando la religiosidad de las fiestas (WTF?)
Por no hablar de la moda de los Papá Noel colgados de cuerdas.
Esta moda comenzó, claramente, en el mundo paralelo de los adornadores de balcones y tengo que admitir que en un principio fue gracioso "Mira, un Papá Noel intentando entrar en esa casa jiji" pero empezó a perder su gracia cuando Papá Noel se clonó y empezó a colgarse con cuerdas de todas las casas a la vez.
Con todo esto no estoy intentando erradicar los adornos navideños ni mucho menos (no soy de esa gente que dice que se gasta mucho y blablabla), pero por dios (o por Alá o por Buda, seamos multiculturales), UN POQUITO DE MODERACIÓN.